El cumplimiento normativo, también conocido como "compliance" en inglés, se refiere al conjunto de medidas y acciones que una organización implementa para asegurarse de cumplir con las leyes, regulaciones, estándares y políticas internas y externas que son aplicables a sus operaciones. El objetivo principal del compliance es garantizar que una empresa o entidad se adhiera a los requisitos legales y éticos pertinentes a fin de evitar posibles sanciones, litigios y daños a su reputación.
El cumplimiento normativo abarca diversas áreas, como la protección de datos, la prevención de la corrupción, la seguridad laboral, el lavado de dinero, la competencia justa, la protección al consumidor y muchos otros campos en los que las empresas deben cumplir con regulaciones específicas.
Las actividades de cumplimiento incluyen la elaboración de políticas y procedimientos internos, la capacitación del personal, la supervisión y el monitoreo continuo, la identificación y mitigación de riesgos, así como la realización de auditorías internas y externas para evaluar el grado de cumplimiento.
El compliance se ha vuelto cada vez más importante en el ámbito empresarial debido al incremento de las regulaciones y leyes que buscan proteger los derechos de los consumidores, prevenir el fraude, promover la transparencia y la responsabilidad corporativa. Asimismo, las empresas que cumplen de manera efectiva con las normativas suelen ganar la confianza de sus clientes, inversionistas y otros grupos de interés, lo que puede contribuir a su éxito a largo plazo.